Ran Hwang es famosa por sus instalaciones a gran escala, en las que utiliza un sin fin de botones y alfileres. Los humildes materiales que encontramos habitualmente en la industria de la moda, se transforman en una imagen budista. La religión y lo secular, la naturaleza y lo humano están comprometidos. Flores de cerezo nacen de la cabeza de un Buda sentado y el conjunto de imágenes se entrelaza en un paisaje. El estado de armonía e iluminación significan la luz en un sentido espiritual.
El ventanal elegido para la trasposición presenta como característica un obstáculo visual que fuerza movimientos corporales oscilantes en el espectador para que pueda ver las acciones que tienen lugar afuera.
(instantes robados al museo en la selección de ventanales)
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